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RENACIONALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA ENERGÉTICA, SIN PAGO, BAJO CONTROL OBRERO Y POPULAR

Este 18M se conmemora el 85 aniversario de la expropiaciòn petrolera, una fecha importante para el pueblo de México que dio como resultado una de las empresas para estatales más importantes, no sólo del país sino a nivel mundial, Petróleos Mexicanos, PEMEX.

Contradictoriamente el gobierno federal se reconoce como sucesor de Cárdenas o al menos un discipulo bienintencionado, sin embargo el gobierno de Obrador no ha ido más allá en la transformación de la industria energética, se ha reducido al “rescate” de la misma.

Aunque se han visto avances importantes en materia energética como la reciente nacionalización del Litio por medio de un decreto presidencial, una nueva central solar, parar las rondas petroleras, construir una refinería y adquirir Deer Park, a esta administración le ha faltado dar un paso decisivo para garantizar que estos avances no se pierdan, ya no por el regreso de la derecha a la presidencia, sino para detener el verdadero cáncer de la industria energética, los privados y transnacionales.

Estos parásitos han vivido de la industria más importante para el país durante décadas con una privatización furtiva, impulsando reformas aquí y allá llegaron a apoderarse de más de la mitad de la industria petrolera hasta antes de la Contrarreforma energética de Peña Nieto, por dar sólo un ejemplo.

El gobierno con mayor legitimidad de las últimas décadas, a pesar de estar por culminar su periodo, no ha dado marcha atrás a la contrarreforma energética y ésto representa un verdadero problema, no sólo para garantizar los avances como hemos mencionado, sino para dar los pasos necesarios en tal o cual rama.

Ejemplos sobran, ante el acuerdo de confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional y la reforma eléctrica cayeron los amparos, pues tampoco se ha querido trastocar los nichos de poder donde la derecha se a ido a refugiar cuál cucarachas huyendo de la luz, es indispensable democratizar el sistema judicial, ésto no es una demanda moderna, es recuperar lo que el liberalismo del siglo antepasado había logrado, basta de Jueces que se levantan la mano entre ellos, que el pueblo elija y recupere el poder sobre la justicia.

Mantener a los privados y transnacionales dentro de la industria energética como la minería, el agua, electricidad, petróleo, etc, es como el quejoso que nunca va al médico por algún dolor, ese mal puede crecer hasta convertirse en algo serio, desde el GAR impulsamos la Renacionalización de la Industria Energética, sin pago, bajo control Obrero y Popular, no sólo como una consigna de agitación sino para detener el saqueo de nuestros recursos naturales y dar pasos firmes en la transformación y mejoramiento de nuestras condiciones económicas y sociales.

Cuando los petroleros hace 85 años enfrentaban con huelgas a los patrones extranjeros, muchas veces con armas en mano, estaban dando el ejemplo al gobierno federal de Cárdenas de la disposición de la clase obrera para luchar, la consigna de expropiación no vino de este presidente, ni siquiera de Francisco J. Múgicaformulador del decreto expropiatorio, sino del propio pueblo trabajador organizado en sindicatos, y quién acudió al llamado para pagar la “deuda con esas empresas”, todo el pueblo mexicano.

Hoy están de más los alaridos lastimeros de los burócratas y reformistas dentro del gobierno y de MORENA, que achacan al pueblo su “indiferencia” y el que no tengan las curules suficientes en el congreso para reformar la constitución, acaso estos cobardes no han visto las movilizaciones masivas a lo largo y ancho del país en apoyo a este gobierno (¡¿?!), acaso la vía electoral es la única vía para transformar este país, evidentemente no, pero al igual que cuando creamos el Frente Nacional en Defensa de la Reforma Eléctrica, estos reformistas se niegan a movilizar a sus bases, pues un pueblo movilizado avanza en su conciencia y organización, he aquí la verdadera razón, no es que no se pueda, no haya correlación de fuerzas, estos auténticos chupasangre piden más de la población cuando han dado pasos de gigante desde el 2018, no señores diputados y senadores, la transformación ha sida detenida por ustedes y ahora toca al pueblo trabajador exigirles a ustedes, y el pueblo sabe bien cobrar a quienes sólo endulzan el oído pero no saben cumplir.
Este 18M es una fecha importante, pongámonos a la altura de aquellas generaciones que conquistaron la nacionalización y construyeron una industria que no sólo consiguió avances económicos sino sociales.

Éste es un llamado para los petroleros, eléctricos, mineros y trabajadores de toda la industria energética del país, necesitamos recuperar nuestros sindicatos para la lucha, ya vimos que la democratización sólo puede ser obra de los agremiados, ya que esta administración vía la Secretaría del Trabajo ha ratificado a los charros que se han apoderado de las direcciones de nuestros órganos de lucha, éstos parásitos aliados de la patronal han detenido huelgas por mejoras salariales, está claro que no podremos avanzar ni siquiera en mejorar nuestras condiciones si no recuperamos los sindicatos.

Este 18M nos movilizaremos en el zócalo y levantaremos nuestra bandera de la renacionalización, aprovechemos esta jornada para crear comités en defensa de la industria energética nacionalizada.

En la industria de electromovilidad y transformación del Litio, la vía no es Tesla, la vía es la industria nacionalizada, sólo hace falta ver qué pasó con PEMEX cuando nos arrebataron la industria petroquímica tenemos que ver el ejemplo de otros países como Venezuela o Bolivia, no es suficiente recuperar los recursos naturales si no garantizamos la industria de transformación en nuestras manos, acaso este gobierno olvida que Tesla y su multimillonario jefe Elon Musk es un abierto golpista y que esa política no cambiará sólo por la instalación de la planta en nuestro territorio.

Fuera manos privadas y transnacionales de nuestros recurso y de nuestras industria de transformación, no los necesitamos para crear industria, sólo hay que ver a PEMEX como un ejemplo a seguir, hoy nuestro técnicos y profesionistas tienen que trabajar en lugares precarizados o simplemente dedicarse a otra cosa porque la industria energética ha sido privatizada, tenemos los recursos, tenemos la técnica y sobre todo tenemos la fuerza de un pueblo movilizado y organizado, la energía es nuestra, vamos por un la renacionalización y la transición energética soberana.

¡LUCHEMOS POR EDUCACIÓN Y TRABAJO CONTRA LA CRISIS CAPITALISTA!

Editorial
El gobierno nacionalista burgués de AMLO no puede escapar de la crisis capitalista que se vive a nivel mundial y que se agudiza con la pérdida de hegemonía por el imperialismo estadounidense frente al crecimiento de China como potencia. Cualquier medida que no rompa con el sistema, necesariamente lleva a cabalgar y no a superar la profunda crisis que está por estallar, y que promete ser aún más catastrófica que en el 2008.

La juventud de México paga esta crisis con una disminución en su derechos, en el acceso a educación y trabajo.
Mientras las fuerzas armadas reciben 199 mil millones de pesos para el 2022 (22% más que el año pasado), la educación superior en México recibió 96 mil 585.2 millones de pesos, apenas tuvo un aumento del 4.4%, que la inflación arrojó furiosamente por la borda, pues en junio de este año la tasa de inflación interanual ascendió a 7.99%, adiós al flamante apoyo a la educación superior.

Las promesa de desaparecer el examen de admisión por el ejecutivo federal durante su campaña del 2018 quedaron olvidadas, el tan necesario acceso irrestricto a la educación superior no sólo puede ser un derecho constitucional escrito con letra muerta, si éste derecho para la juventud y toda la población no se apoya con recursos y una política real de transformación.

Quién puede recordar los debates entre rectoría y presidencia sobre la “democratización” de la UNAM de principios de año, debate con tintes electorales para que los adeptos de la 4T ocupen un bastión perteneciente al PRI por décadas, acaso Obrador olvidó que él mismo mantuvo un apoyo al nuevo periodo del rector Graue, la democratización de ésta y cualquier universidad pública del país sólo puede venir de la propia comunidad, refundando los proyectos educativos por medio de un congreso, y librarse definitivamente de las burocracias universitarias parásitas.

Las condiciones laborales para la juventud no son más alentadoras, de acuerdo con el INEGI, en el primer trimestre de 2021 la población de 15 a 24 años fue el segundo grupo de edad más afectado laboralmente, representando el 31.4 % de la población desocupada, un aumento de 98 mil jóvenes desempleados.

En el país alrededor de un millón 700 mil jóvenes no trabajan y no estudian, 900 mil jóvenes buscan empleo. Esta situación afecta en mayor medida a las mujeres quienes se enfrentan al desempleo, la informalidad y la brecha salarial día con día.

Estamos ante una oleada que no puede ser parada con los cuatro dedos de la transformación de la actual administración.Necesitamos cambiar de forma definitiva las condiciones que sujetan a la juventud a un futuro de precariedad laboral, a una crisis económica y ambiental en crecimiento.

Desde la Jueventud Revolucionaria les llamamos a organizarse por democratizar la educación superior, sólo las y los estudiantes junto a las y los trabajadores de la educación podemos dar una lucha real por mayor presupuesto para la educación; recuperemos un modelo de universidad junto al pueblo que ponga en el centro las necesidades de la sociedad y no del capital, luchemos por una profesión comprometida con la sociedad; recuperemos el servicio social universitario y regresemos a las comunidades rurales, campesinas e indígenas que pagaron nuestra educación; ante la crisis luchemos por becas de emergencia para que ningún estudiante abandone la escuela, por comedores estudiantiles subsidiados, por un boleto estudiantil universal y acceso irrestricto a la educación, abajo los exámenes de admisión.

La juventud tiene que luchar por recuperar los derechos arrebatados por la voracidad del capital frente a décadas de conquistas de las y los trabajadores, por eso impulsamos la recuperación de los sindicatos para la lucha, creación y afiliación de los mismos donde no existan; nos movilizamos por una escala móvil de salarios y horas de trabajo para enfrentar la inflación y el desempleo; abajo el outsourcing, la precariedad laboral no se regula, se desaparece.

¡POR UN PROGRAMA Y PARTIDO DE LA CLASE TRABAJADORA PARA ENFRENTAR LA CRISIS!

Tiempos de Guerras y Revoluciones
Sin duda la crisis conjunta (de salud y económica) como reflejo más claro de la profunda crisis de relaciones del capital, que representa la actual pérdida de hegemonía del imperialismo norteamericano, abre un escenario de guerras y revoluciones.

La guerra comercial que abiertamente se libró en la administración Trump contra China y que Biden continúa ya que el gigante asiático disputa su lugar como imperialismo hegemónico, por la vía de los hechos ha superado a EU como el país más rico en noviembre del 2021, ahora se transforma en una guerra indirecta donde el campo de batalla es Ucrania.

El conflicto bélico en Ucrania, que amenaza con prolongarse como una lucha empantanada, se desarrolló a partir del avance de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) integrando a países del ex tratado de Varsovia y alineados con la extinta URSS, Rusia advirtió de este avance sobre Ucrania promovido por la agenda militarista del imperialismo Yankee y aseguró que no permitiría tener a la OTAN en sus fronteras.

La realidad del conflicto significa un reacomodo en las rutas comerciales y una abierta batalla por el mercado europeo ante el avance chino con su proyecto de la nueva ruta de la seda. La guerra comercial y la guerra indirecta no sólo es la antesala de un conflicto bélico frontal al que nos aproximamos aceleradamente, es un negocio que la burguesía y oligarquía internacional está dispuesta a levantar para salvar y acrecentar sus ganancias en una de las crisis más profundas de los últimos tiempos.

La cumbre de la América Yankee
Mientras que en Europa EU impulsa la guerra en Ucrania, en el continente americano jala la correa al patio trasero, América Latina. Si bien EU puede “tolerar” las inversiones chinas, más bien no las puede detener, no puede permitirse la pérdida de hegemonía política.

El imperio norteamericano puede permitirse los jaloneos con López Obrador que se ausentó de la cumbre junto a presidentes de países como Bolivia y Honduras, aunque AMLO sí envió al canciller Marcelo Ebrard, es decir, México sí tuvo representación en la cumbre.

Lejos estamos de una verdadera representación antiimperialista en este escenario, todos los países el día 11 de Junio seguirán pagando la deuda externa, México seguirá siendo uno de los socios comerciales más importantes de EU y el ariete semicolonial dentro del T-MEC, la política de contención migratoria continuará sin cambios, y los campos de petróleo seguirán considerándose dentro de las reservas Estadounidenses.

El antiimperialismo está representado por los pueblos y las diferentes insurrecciones en los países de Latinoamérica. Sólo un gobierno de los trabajadores puede plantarle cara a los gringos con verdaderos cambios políticos y económicos contra la subordinación de nuestra clase en el continente.

Los diferentes gobiernos de corte nacionalista burgués, desde México hasta la Patagonia, no son capaces de romper con la subordinación de sus países con el imperialismo norteamericano, sólo aspiran a cabalgar la crisis económica sin trastocar las bases del neoliberalismo.

Si el ascenso de los gobiernos de Chavez, Morales, Lula, etc. abría la llamada “marea rosa” ahora los gobiernos de Obrador, Fernández, Arce, etc. regresan el rosa en un tono más pálido. Hoy los gobiernos “progresistas” no llegan a la presidencia porque su programa nacionalista burgués triunfe sobre el neoliberalismo sino porque las masas aún no conquistan una dirección política propia, desde la clase trabajadora y ceden su dirección a pesar de poner de rodillas a gobiernos y regímenes que parecían inamovibles.

El triunfo electoral de Castillo en Perú, o de Boric en Chile y la oportunidad que tiene en la segunda vuelta Petro en Colombia, no se puede explicar sin las grandes movilizaciones, paros e insurrección que las masas trabajadoras desarrollaron en las calles. El ejemplo más audaz de la organización de las masas fueron las asambleas en la insurrección chilena, un ejemplo embrionario de poder que de profundizarse y tomarse una dirección revolucionaria podía echar por la borda la constitución pinochetista sino todo su régimen y el sistema capitalista neoliberal, sin embargo la crisis de dirección revolucionaria sigue pesando en el triunfo de las insurrecciones que han tenido lugar en el continente.

Los nacionalistas burgueses se abren paso ante la falta de una dirección revolucionaria, el ascenso de las masas en las calles o el miedo de las oligarquías ante un estallido incontrolable hacen que la derecha retroceda electoralmente, pero las promesas hacia las masas trabajadoras se diluyen conforme la movilización y la organización descienden. Por eso es importante levantar un programa revolucionario que supere las promesas limitadas del “progresismo” y que nos ayude a conquistar un partido de la clase trabajadora que luche por defender este programa de transformación radical de la sociedad capitalista.

Rumbo al 23, al 24 y la inmovilidad de la 4T
El triunfo electoral del pasado 5 de junio en Tamaulipas, Hidalgo, Quintana Roo y Oaxaca dieron al partido-movimiento del presidente 20 estados y junto a aliados el control de 22, y definen la estrategia electoral de la oposición hacia las elecciones del Estado de México el próximo año y las presidenciales del 2024, coalición sí o sí.

Las masas trabajadoras han dado una paliza electoral a la derecha desde el 2018 hasta la fecha, generando una crisis muy fuerte en los partidos PRI, PAN y PRD. Pero el triunfo electoral de MORENA ha fortalecido a la propia derecha y la burocracia dentro de sus filas, ha sacado las viejas prácticas electoralistas como compra de votos y recepción de chapulines por encima de las bases morenistas.

La actual Convención Nacional Morenista, que tendrá su segunda edición en los próximos meses y que busca llamar a un congreso nacional es empujado por una parte de las bases de morena que buscan consolidar y democratizar el partido, del otro lado se encuentra John Ackerman quien detenta la dirección de este proceso, y busca su rebanada del pastel apoyándose en la militancia. Es decir, el partido-movimiento que dirige la presidencia y 20 estados de la república no tiene democracia interna, no se pueden elegir representantes sino que éstos son designados y a las bases les toca apechugar; carece de un programa para la transformación del sistema económico ya no digamos anticapitalista sino antineoliberal, un proyecto de capitalismo de Estado u Estado de bienestar, el proyecto que hasta ahora impera es el proyecto de Obrador.

Este partido-movimiento de no conquistar su dirección, consolidación y democratización por la militancia y las bases trabajadoras, se dirige a perpetuar un modelo vertical y totalmente electoral como se ha hecho hasta ahora, las masas empujan hacia un partido y un programa con reivindicaciones de transformación social, política y económica, la burocracia (la que se dice de izquierda y la de derecha) no busca transformar esta condición mientras se sigan ganando curules, presidencias y gobernaturas.

Por una alternativa obrera y socialista
Las recientes elecciones estatales dejan a MORENA muy bien parado para la continuidad presidencial en el 2024, si el partido guinda repitiera sus 30 millones de votos y la oposición juntara sus electores llegaría rozando a los 23 millones, deja un gran margen entre “Juntos Haremos Historia” y “Va por México”, pero ni Sheinbaum ni Ebrard son AMLO, ni la crisis que cabalga Obrador ni su austeridad ahora “Franciscana” lo salvan de una segunda mitad de gobierno tranquila.

Las y los trabajadores tenemos que conquistar un partido con independencia política de clase frente a los intereses de los empresarios mexicanos y transnacionales, no puede existir gobierno para ricos y para pobres donde la crisis sanitaria y económica ha hecho más ricos a los ricos y a los pobres los ha sumido en una miseria profunda. El programa de la clase trabajadora no está por contener la inflación sin trastocar las ganancias de la burguesía, nuestro programa se dirige a sentar las bases de un Estado socialista, uno que expropie la banca y los sectores energético, alimenticio e industrial bajo control obrero y popular, un gobierno de las y los trabajadores que defienda estas demandas al mismo tiempo que combate la violencia hacia la mujer, que aprueba plenos derechos para las comunidades indígenas, la comunidad LGBT+ y las mujeres, un gobierno que saque de la precariedad a la juventud con la industrialización del país de la mano de una transición energética soberana, lucha con el Grupo de Acción Revolucionaria por estas demandas.