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ANTE LA CRISIS SANITARIA Y ECONÓMICA LUCHEMOS POR UN GOBIERNO DE LAS Y LOS TRABAJADORES

Editorial

El escenario mundial de la lucha de clases continúa convulso y las manifestaciones masivas para enfrentar la crisis sanitaria y económica movilizan a millones de personas alrededor del globo, sin embargo una dirección revolucionaria es más necesaria que nunca ante la cooptación, el desgaste o la desmovilización a la que los gobiernos capitalistas apuestan para navegar la crisis.

La pérdida de hegemonía económica y geopolítica del imperialismo yankee frente a China y Rusia recrudece el control que el primero ejerce sobre latinoamérica. Así la administración de Biden profundiza el intervencionismo político sobre las semicolonias para detener el avance económico chino.

Los gobiernos derechistas en América Latina tienen una fuerte crisis, los casos más emblemáticos son Piñera en Chile, Bolsonaro en Brasil y Duque en Colombia. La crisis económica y sanitaria ha querido ser aprovechada por los gobiernos y capitalistas, pero la bomba les ha estallado en la cara, las movilizaciones y las votaciones en estos países incluyendo Perú, México, entre otros, demuestra que las masas tienen una disposición para avanzar y luchar por mejores condiciones e identifican en la derecha un enemigo bien definido por vencer.

La falta de una dirección revolucionaria hace que la clase trabajadora en estos momentos marche atrás del nacionalismo burgués, la burguesía y el imperialismo entienden muy bien el papel que representan estos personajes y partidos en momentos críticos, por supuesto no dan un cheque en blanco y definen muy bien los límites (más o menos flexibles según la fuerza de las masas movilizadas) de acción.

En este sentido el nacionalismo burgués o gobiernos “progresistas” tienen un carácter contradictorio pues llegan con una deuda de nacimiento hacia las masas que los elevan a sus cargos pero sus límites están determinados con la clase social que detenta el poder económico, la burguesía, que presiona y marcó una agenda clara para esta época, las ganancias antes que las vidas de la clase trabajadora, tan clara es la consigna que a más de un año de iniciada la pandemia, ninguna patente se ha liberado y los países semicoloniales están en último lugar de la fila para recibir vacunas, ningún gobierno por más “popular” que se declare ha trastocado los intereses de laboratorios, manufactura medica y hospitales privados.

En ese sentido los gobiernos nacionalistas burgueses juegan un rol importantísimo de contención del descontento de las masas, canalizándolas hacia procesos de desmovilización, he aquí la apuesta de burgueses y yankees por tener un recambio (claro, dando la batalla, atando y comprometiéndoles y socavando cualquier “avance”) en Latinoamérica; del otro lado las organizaciones revolucionarias tenemos la tarea de trabajar fuertemente sobre la conciencia de la clase obrera y las masas empobrecidas por conquistar su propio partido con una dirección revolucionaria para lograr un gobierno de las y los trabajadores. La crisis demostró por igual la catástrofe con la derecha y los límites del progresismo, la necesidad que nuestra clase irrumpa como alternativa es imperante.

POR UNA ALTERNATIVA OBRERA Y SOCIALISTA

En México después de tres años de gobierno de Obrador y unas elecciones intermedias se demostró que las masas siguen utilizando al movimiento electoral MORENA como herramienta para combatir a los partidos derechistas, y cada día numerosas bases y votantes adquieren más conciencia sobre los límites que representa tener a personajes y alianzas sin principios y que no representan los intereses de los más pobres, de quienes viven la explotación y opresión de los capitalistas.

Casos como el fuego interno que realizaron los Ebrard y Monreal para bajarle puntos a la candidatura de Sheinbaum rumbo al 2024 explican más el descalabro de MORENA en algunas alcaldías de la CDMX como la Cuauhtémoc, que la supuesta pérdida de base social entre la “clase media” como ha declarado hasta el cansancio Obrador, la derecha tuvo un aprendizaje en estas elecciones, accionar juntos es una vía para enfrentar la crisis interna que viven sus partidos, pero apenas la sumatoria de sus votos les permitió ganar posiciones en la ciudad de México y cámara de diputados, y hace falta más que una suma de electores para superar el fuerte descalabro que sigue significando para ellos la elección del 2018, así pudimos verlo con la balacera y enfrentamiento en la sede nacional del PRI a menos de un mes de las elecciones del 6 de junio.

La presente coyuntura a raíz de la consulta que se llevará a cabo el 1 de agosto para comenzar un proceso de investigación y juicio a los expresidentes abre una oportunidad importantísima para la izquierda revolucionaria, de un lado esta demanda permite profundizar la crisis de la derecha en el país, señalar no sólo a los actores políticos sino a los capitalistas beneficiados de las políticas privatizadoras y represivas de sus aliados; del otro lado comenzar un diálogo más profundo con la población dentro y fuera de MORENA señalando las limitaciones de la consulta (participando contundentemente bajo una posición con independencia de clase) y ganar a sectores amplios a la organización y movilización pues estamos seguros que ¡LA JUSTICIA LA CONQUISTAREMOS EN LAS CALLES! 

Súmate al Grupo de Acción Revolucionaria y sus sectores para luchar por un gobierno de las y los trabajadores que ponga fin a la impunidad de funcionarios y empresarios, que no llame a la reconciliación con los que privatizaron y vendieron nuestro futuro, con quien consulta la justicia y nuestros derechos, necesitamos una alternativa obrera y socialista

ELECCIONES EN MÉXICO, POR UNA ALTERNATIVA FEMINISTA Y ANTICAPITALISTA

El pasado 6 de junio se llevaron a cabo las elecciones intermedias en México, catalogadas como las “más grandes de la historia del país”, por la gran cantidad de cargos de representación popular que se disputaron y por supuesto, marcan el camino rumbo a las elecciones de 2024.

Morena pretendía arrasar con estas elecciones, frente a una derecha agrupada en la coalición “Va por México” que buscó colocarse como la única oposición al partido de Andrés Manuel López Obrador con el objetivo estratégico de encaminar su regreso al poder, conquistar la mayoría en el congreso y la mayor cantidad de gobernaturas para seguir socavando al gobierno de Obrador y Morena.

Las campañas electorales comenzaron desde finales del año pasado, caracterizándose  por utilizar de manera cínica las demandas feministas, de la diversidad sexual, indígenas y ecologista para ganar a los y las votantes, por supuesto nunca con propuestas de izquierda sino con simulaciones, pues la agenda neoliberal y conservadora estuvo presente en todo momento en la coalición “Va por México”, mientras que en  las candidaturas de Morena algunas (las menos) estuvieron conformadas por luchadores sociales, pero también por personajes impresentables como, chapulines del PRI , PAN y PRD, terratenientes, violadores y corruptos, que fueron rechazados en su mayoría por la base militante y simpatizante de MORENA. 

La polarización frente a las elecciones

En estas elecciones vimos una polarización entre los votantes duros de las dos coaliciones del PRI, PAN y PRD y Morena con aliados, el resto de la gente estaba confundida a qué hacer con sus votos por ejemplo en San Luis Potosí  y Nuevo León no gana ninguna de las grandes coaliciones resultando ganadores el Verde Ecologista y Movimiento Ciudadano respectivamente.

A diferencia de hace tres años donde una gran parte de la población estaba segura de emitir su voto a favor de Morena, en esta ocasión los errores de este partido, la alianza sin principios con el Verde Ecologista y las limitaciones en su programa y actuar en rubros estratégicos como el de la mujer, obrero y energético cobraron factura en lugares estratégicos como la Ciudad de México.

Los resultados 

A una semana de las elecciones del 6 de junio, la derecha de “Va por México” y Morena se declararon victoriosos, sin embargo los resultados hasta el momento disponibles, nos permiten realizar diversas interpretaciones, conclusiones y tareas, más allá de quién ganó y quién perdió y ¿A qué costo? 

Pese a que la alianza “Va por México” ha salido a declararse airosa victoriosa, la realidad es que perdió el control en 12 gubernaturas, mantuvo Querétaro y Chihuahua, lo que como consecuencia hará más difícil mantener la alianza federalista, sin embargo ganó algunas de las principales capitales del país; en Puebla, ganó la alianza Compromiso por Puebla-Pacto Social de Integración; en Morelia, la Coalición PAN-PRD; Guanajuato, PAN; en Cuernavaca, la alianza PAN-PSD; en Hermosillo, Va Sonora; en Toluca, la convergencia PAN-PRI-PRD; en Veracruz, el panismo se hizo de Medellín, Alvarado, Boca del Río y el puerto

Su triunfo en 9 de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, es su principal elemento para declararse triunfantes, así como que Morena no haya obtenido la mayoría calificada por sí solo, que era uno de los objetivos principales de la campaña del movimiento-partido MORENA, más allá de que el triunfo de la derecha sea cierto o no, su desbordaba agitación de victoria cumple el objetivo ideológico de  implantar en la gente afín a su proyecto político  que “derrotar a AMLO es posible” y poco a poco ir rayando el carro de la 4T, es algo que la oposición no dejará de hacer, no importando el costo.

Sin embargo no hay que perder de vista que estos resultados sólo fueron posibles, debido a que realizaron “la alianza para sacar a Morena”, por sí solos estos partidos no hubieran tenido el efecto que lograron juntos, lo que hasta cierto punto habla de su debilidad como elementos aislados, pero de su potencialidad  al actuar de manera articulada y con el apoyo-financiamiento de los empresarios, de esta forma vemos que el verdadero poder detrás de estos partidos, la burguesía mexicana y transnacional, no da un cheque en blanco a la actual administración y experimentó una forma para restarle poder.

Por otro lado, los partidos también representantes de la burguesía y la derecha más recalcitrante como Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y  el Partido Encuentro Social, que son los hijos del PRIAN perdieron el registro al no alcanzar el 3% de la votación en alguna de las elecciones federales ordinarias para diputados, senadores o presidente. 

Morena y sus aliados ganaron 11 de las 15 gubernaturas, que se suman a las 6 gubernaturas que tiene actualmente, teniendo el control territorial de buena parte del país, también mantuvo su mayoría en el Cámara de diputados, tiene el control de varios congresos locales, sin embargo la noticia que golpeó a MORENA fue su derrota en la Ciudad de México sobre todo en las alcaldías de Cuauhtémoc, donde se encuentra Palacio Nacional, situación no menor ya que la capital del país se ha caracterizado como uno de sus principales bastiones electorales. 

De manera general podemos decir que Morena logró mantener elementos importantes en estas elecciones para continuar con su gobernabilidad, la pregunta es ¿A qué costo? y con ¿Qué solidez política? tanto al interior del movimiento-partido, como con las fuerzas políticas que se alió electoralmente. 

Los resultados electorales de Morena, no son únicamente resultado de la “Guerra sucia contra Morena” , como dice AMLO y Sheinbaum, si no multifactoriales, tanto por el pragmatismo electoral de Mario Delgado y la dirigencia, que entre candidatos impresentables, la relección de varios candidatos en alcaldías y cámara de diputados, imposición de candidatos a la base,  es decir un vil pragmatismo político que en algunos estados, las negociaciones por ejemplo con el PVEM cobrarán factura. 

Tras el balance de la población del actuar del gobierno a 2 años y medio de gobierno atravesado por la pandemia y sus consecuencias, ha provocado decepción en parte de sus votantes, el fenómeno de Obrador ya está dando de sí y quedó demostrado que no basta solicitar a los votantes el apoyo al presidente para que continúe la transformación del país, es decir, el movimiento electoral (partido en consolidación) MORENA se enfrentó a los desafíos de profundizar el control territorial con el pragmatismo de su dirección (Mario Delgado) que se encuentra más a la derecha que con el pueblo trabajador.

La fuerza de sus 30 millones de votos del 2018 no realizó avances más profundos pues no se utilizó la movilización social, por lo que el avance de nuestras conquistas democráticas será más complicado, lo que pone de manifiesto la necesidad de organizarnos y movilizarnos con independencia de clase, para imponer nuestras conquistas en las calles. 

Las contradicciones del gobierno de Obrador, manifiestan un refuerzo de la derecha que busca regresar al poder y aprovecha cualquier error para ganar terreno, en ese sentido la clase trabajadora no se erige como alternativa frente a las limitaciones y errores del ejecutivo sino que la derecha en sus diferentes colores se muestra como la única alternativa.

MORENA no acepta sus errores

Luego de la derrota que vivió  en la Ciudad de México, Obrador, Delgado, Sheimbuaum no aceptan que su derrota fue producto de su política centrista, pragmática y sin principios políticos.

No puede ser posible que la próxima consulta el 1 de agosto para enjuiciar a los expresidentes no sea apoyada de manera franca y con los recursos de MORENA, o que la ley que regula el outsourcing (y no desaparece esta práctica criminal) fuera propuesta y aprobada por su mayoría junto a la derecha en el congreso, no es posible que ante la gran movilización de las mujeres en las calles por sus dos demandas principales ABORTO LEGAL Y CONTRA LA VIOLENCIA sean respondidos con vallas en palacio nacional y declaraciones vacías resaltando a la mayoría de mujeres en el gabinete del ejecutivo. 

Desde el GAR, mantenemos una crítica por la izquierda al gobierno de Obrador y la 4T, creemos que la clase trabajadora dentro y fuera de morena debe avanzar en conquistar un partido revolucionario, por eso desarrollamos una campaña que no votara a la derecha pues es un reconocido retroceso para el avance que representa el cambio de régimen que se logró en el 2018 no debemos permitir que aquellos que tuvieron el poder regresen para continuar con su programa neoliberal. 

Campaña del GAR

Tampoco apoyamos el voto masivo por Morena, pues consideramos que también significa un error tener un instrumento electoral “de cambio” donde se imponen candidatos, se aceptan chapulines de los partidos de derecha y se realizan alianzas electorales sin principios, pero sí apoyamos a esos luchadores sociales que no abandonaron su independencia política de clase como las y los obreros de Matamoros que impulsaron candidaturas dentro de MORENA.

Por eso, propusimos una campaña donde llamamos a votar por una alternativa de izquierda feminista y anticapitalista, teniendo como voceras a nuestras compañeras Magali Terraza y Dulce Mireles, quienes levantaron un programa a favor de los derechos de las mujeres, contra la violencia y los feminicidios como una consigna fundamental ante la falta de cualquier candidata real del movimiento de mujeres.

Al mismo tiempo levantamos una plataforma política con las reinvindicaciones con las que el GAR ha luchado durante estos años como la renacionalización de la industria energética bajo control obrero, educación pública y gratuita y contra la reducción de los presupuestos educativos y la precarización docente, contra el outsourcing y la recuperación de la seguridad social para las y los trabajadores, seguros de que estas demandas sólo pueden ser defendidas por un gobierno obrero y socialista.

La campaña tuvo alcance en algunos estados de la república como Tamaulipas, Estado de México, San Luis Potosí y Ciudad de México que nos permitieron también colocarnos en la contienda electoral a través de las candidaturas no registradas. 

¿Qué sigue luego de las elecciones?

La polarización de estas elecciones nos ponen por delante un escenario donde desde ya se comienzan a disputar las elecciones del 2024, en donde la derecha se siente fortalecida pese a sus pequeños triunfos a nivel electoral y su debilitamiento partidario. 

Desde los distintos sectores del GAR sostenemos que es necesario más que nunca la organización para la construcción de un partido revolucionario que sea una alternativa  ante el gobierno de Obrador y la 4T (nacionalismo burgués) y la ultraderecha rancia y conservadora, que ponga por delante un programa a favor de las mujeres, los estudiantes, trabajadores, las disidencias sexuales, los pueblos indígenas y el conjunto de la clase explotada y oprimida. Es necesario continuar con el trabajo de base que permita avanzar en la conciencia política y organizativa de la gente, más allá del proceso electoral, y conquistar un gobierno de la clase trabajadora que luche realmente contra la crisis del sistema capitalista a nivel internacional.

MARZO EL MES DE LA ANTESALA ELECTORAL

Editorial Marzo 2021

Los medios y políticos de la burguesía vaticinaban que después de iniciada la vacunación vendría la recuperación económica, tal vez les faltó aclarar que ese pronóstico de superar la crisis combinada que vive el capitalismo a nivel mundial no incluía a la clase trabajadora, por el contrario, esa recuperación sería a costa de nuestras vidas y condiciones económicas. Incluso el presidente Obrador mencionó en la mañanera del 5 de marzo que el origen de la crisis económica no se debe enteramente a la pandemia sino se remite a las políticas neoliberales, lo que olvida AMLO es que la crisis que vivimos actualmente no se restringe a la recesión económica recrudecida por la contingencia sanitaria, la crisis del capitalismo internacional es una crisis de relaciones producto de la decadencia de este sistema y no sólo de su fase neoliberal. El estado de bienestar que intenta recuperar para México la actual presidencia no escapa a esa profunda crisis del sistema capitalista mundial, un auténtico diluvio que comienza a inundarnos hasta el cuello.

A dos años de la administración del gobierno mexicano por morena queda demostrado que el fin del neoliberalismo no se decreta sino se realiza en la acción, los pequeños pasos que se han dado para avanzar en la soberanía energética como el acuerdo de confiabilidad han sido obstaculizados por el poder judicial, obligando al gobierno federal a emitir una reforma a la Ley de Industria Eléctrica (LIE) que acaba de ser aprobada por las dos cámaras, de diputados y senadores.

Igual que pasó con el acuerdo de confiabilidad, las transnacionales, las cámaras empresariales mexicanas, los ambientalistas burgueses, el gobierno estadounidense, sus agentes en los partidos políticos y en los medios no tardaron en vociferar contra la reforma a la LIE, el gobierno federal logró aprobar la reforma por su mayoría en el legislativo pero se enfrenta desde ya a una resistencia que no sólo será discursiva o mediática. 

Desde el Grupo de Acción Revolucionaria hemos apoyado las diferentes iniciativas para avanzar en la soberanía energética (por medio de la movilización no sólo en el discurso), desde la construcción de la refinería de Dos Bocas, el acuerdo de confiabilidad, y ahora la reforma a la LIE, siempre señalando lo positivo de las medidas pero insuficientes, un modelo diferente al neoliberalismo (como el estado de bienestar que intenta recuperar este gobierno) no puede aceptar privados en la industria estratégica más importante para el país; por eso recalcamos que tenemos que luchar por la renacionalización de la industria energética en su conjunto bajo control de las y los trabajadores, cualquier medida menor a ésta deja el paso abierto a profundizar la privatización furtiva y aceptar el saqueo de los “privados”, ahora reducido y regulado pero saqueo al final de cuentas.

La lucha de las y los trabajadores del sector energético es primordial, apoyamos los diferentes intentos por democratizar al sindicato (dentro y fuera de él) aprovechando la “salida” de Romero Dechamps de la secretaría general del STPRM, la democratización tiene que ser la bandera de unidad de los diferentes grupos, no podemos aceptar ni la continuidad de la camarilla del corrupto exsecretario ni grupos oportunistas que buscan ocupar el puesto pero conservando los privilegios.

Llamamos a un encuentro de las y los obreros de la industria petrolera, eléctrica, del agua, minas, entre otras, junto a los diferentes movimientos de resistencia por despojo para recuperar la industria energética, una industria renacionalizada es la base para que un gobierno de las y los trabajadores pueda desarrollar un modelo de soberanía frente al imperialismo para acabar con el despojo de las transnacionales y privados, realizar la transición energética para combatir la contaminación.

No es una tarea sencilla, pero tenemos el ejemplo de los movimientos que obligaron a los gobiernos nacionales y se enfrentaron al imperialismo para nacionalizar la industria que hasta hoy sigue siendo palanca del desarrollo, incluso después de la depredación y privatización que los gobiernos neoliberales realizaron décadas pasadas.

EL 8M DE ESTE AÑO NO SERÁ UNA MARCHA MÁS

El 2021 es un año electoral histórico para México, de un lado morena intentará reafirmar su hegemonía no sólo en el congreso sino en los estados donde habrá elecciones a gobernador(a) y municipales, del otro lado la derecha en crisis producto del golpe electoral que recibió por parte de las masas trabajadoras en las elecciones del 2018, busca no desaparecer por medio de una alianza denominada “Va por México”. Como en todas elecciones la campaña empieza desde inicios de año y la derecha ha intensificado sus ataques contra el gobierno federal vistiéndose con ropas que le quedan grandes, como la lucha ecológica para atacar la reforma a la LIE o la lucha feminista, un discurso que intenta confundir a la capa media y sectores que no apoyan la 4T.

Las socialistas de Rosas Rojas-GAR hemos dejado claro que la derecha aunque se vista de verde o morado, conservadora se queda. El movimiento de mujeres ha tenido un crecimiento en los últimos años producto de las condiciones en que la crisis del capitalismo nos ha llevado, este movimiento ha sido el más dinámico dentro del gobierno obradorista con 2 demandas elementales, la lucha contra la violencia y por el aborto legal en todo México.

Evidentemente este gobierno, como cualquier gobierno “progresista” que intenta diferenciarse de la derecha da un paso hacia la equidad, lo hemos visto en su gabinete o en el congreso, aunque positiva la apertura no podemos dejar de señalar que el asunto va más allá de la equidad en puestos de poder, si esas mujeres no representan los intereses de las mujeres trabajadoras ¿la equidad no se vuelve ficticia?

Las socialistas luchamos por el poder que transforme radicalmente las condiciones para superar esta crisis, de qué nos sirven las declaraciones del presidente que no está en contra del movimiento de mujeres o de Olga Sánchez a favor del aborto si el partido en el poder no hace efectivas esas declaraciones, la reforma a la Ley de Industria Energética demostró que un poco de voluntad política puede superar las trabas en el congreso y aprobar una iniciativa de ley en tiempo récord, entonces ¿qué esperan para aprobar el aborto legal, seguro y gratuito en todo México?

Estas elecciones estarán llenas de oportunismo por parte de la derecha, cómo votar por una mujer que dice adoptar el feminismo pero milita en el Partido Acción Nacional que criminaliza a las mujeres, está en contra del aborto y desató la guerra que profundizó la violencia hacia nosotras y el pueblo trabajador, ni un voto a la derecha el próximo 6 de junio, este periodo electoral debe servir para golpear a la derecha una vez más, pero un movimiento electoral se queda corto y nuestros derechos son olvidados después de la victoria en las urnas, las elecciones deben servirnos para hacer eco de nuestro programa: las mujeres trabajadoras exigimos mejores condiciones laborales, alto a la violencia y aborto legal, igual que en Argentina este programa se conseguirá en las calles.

Marzo será un mes intenso en la lucha de clases de México, debemos profundizar en la conciencia de la clase trabajadora y conquistar nuestra independencia política, sólo un gobierno de las y los trabajadores puede superar la crisis, económica, de salud y violencia que se hace cada día más insoportable sobre nuestras espaldas, por una alternativa obrera y socialista.