CONFERENCIA POLÍTICA DE ACCIÓN CONSERVADORA: LA INTERNACIONAL REACCIONARIA

El pasado 26 de Julio se vió a Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, en una cumbre “contra la trata de personas” organizada por la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en Estados Unidos. Junto con otros políticos mexicanos, fue espectadora de este evento protagonizado por políticos de ultraderecha de varios países, en donde al final se presentó a la audiencia la película “Sonido de libertad”, que trata sobre un ex agente especial estadounidense en su búsqueda por salvar a niños y niñas de la trata infantil. Esta película es producida en parte por Eduardo Verástegui, candidato presidencial en México para las elecciones del 2024 por parte del Movimiento Viva México, que junto a México Republicano, es una de las tantas organizaciones que han surgido en años recientes en el país y en el mundo con una postura de extrema derecha. Estos políticos se reúnen en foros internacionales con el objetivo de avanzar su agenda para revertir los derechos humanos de las mujeres, como el acceso al aborto, así como los de aquéllos pertenecientes a la comunidad sexodiversa. La película parece inofensiva con su mensaje, pero esconde parte de la ideología que hoy en día caracteriza a la extrema derecha con su retórica sobre la protección de la infancia ante la educación sexual, ante la sexodiversidad, y ante la lucha por la emancipación de las mujeres, haciendo entender que dicha educación socialmente transformativa lo único que hace es sexualizar a los infantes y facilitar su abuso por parte de depredadores disfrazados de progresistas. Aún peor, se habla de una élite pedófila liberal que está detrás de todos los intentos por ampliar los derechos humanos y de ahí que en esta película se introduzca el tema con el fin de utilizarlo en el futuro de forma política. 

Esta agenda que comparten múltiples líderes de la ultraderecha, junto con un nuevo sentir patriota reaccionario, se ha propagado por medio de redes internacionales que se consolidan por medio de eventos como la CPAC, el cual es uno de los tantos intentos por crear una internacional reaccionaria, en donde se habla en contra del “globalismo” y la agenda progresista que dicen ser impuesta en el mundo por una casta de tecnócratas ocultos en organismos multilaterales como la ONU. La ironía de rechazar el globalismo pero apostar a redes internacionales de apoyo para propagar sus ideas reaccionarias, así como las contradicciones que emergen ante el nacionalismo de los dirigentes de los países representados, y el hecho de que algunos partidos de ultraderecha tienen opiniones encontradas sobre el libre mercado, se ve opacado por el consenso de los fascistas en la revocación de derechos humanos, y la crítica a las élites imaginarias que dicen desafiar y que supuestamente se benefician de la agenda progresista. La CPAC en especial, surge en los setentas como reacción a los movimientos sociales de esa década y la anterior, y en particular ante la legalización del aborto en los Estados Unidos. La CPAC se mantendría como una conferencia anual representando al conservadurismo tradicional, hasta que Donald Trump llegó a cambiar para siempre el ideario de la derecha en Estados Unidos, popularizando las ideas más extremas a la vez que incrementó sus intentos por propagarlas. La CPAC en 2017 se expandió para organizar conferencias en Japón, y años más tarde en Australia, Corea del Sur, Brasil, Hungría, Israel y México. En cada uno de estos países intentaría conectar con las organizaciones de ultraderecha e intercambiar ideas, para hacer más poderoso el movimiento reaccionario. La CPAC también aumentó la frecuencia con la que realiza conferencias en su propio país, organizando en los últimos años dos conferencias en vez de una, como originalmente se hacía. Eduardo Verástegui organizó la CPAC en México en 2022, como el referente de la ultraderecha en México en el que se ha convertido. Algunos líderes latinoamericanos que participaron en dicha conferencia fueron: José Antonio Kast (Chile), Javier Milei (Argentina), Zury Ríos (Guatemala), Santiago Abascal (España) y Eduardo Bolsonaro (Brasil), entre otros. La CPAC no es la única organización en hacer este tipo de eventos internacionales, por ejemplo, el partido fascista de Vox en España organizó su propia conferencia, Viva22 en 2022, que también reunió a distintos líderes políticos internacionales. 

¿Pero qué hay detrás del cambio estratégico de la ultraderecha y su popularización en los años recientes?

El ascenso de la ultraderecha representada en estas organizaciones es una consecuencia del desgaste del modelo capitalista en su versión neoliberal, ante las crisis cíclicas que rompieron con la fé en aquel sistema a partir del 2008, y que ahora requiere de un aparato político que busque reducir la angustia popular que ha desatado el desbaratamiento del tejido social. Este desbaratamiento no se entiende sin el proceso de destrucción de los antiguos estados de bienestar, y consigo la estabilidad social que representaba. Ante este resquebrajamiento social y la angustia generada facilitada por una falta de conciencia de clase, los políticos de la ultraderecha se han movilizado en un intento desesperado por salvar al sistema capitalista y a los burgueses que se benefician de ella, desarrollando una retórica que habla sobre el regreso a un pasado conservador ideal y benefactor, cuya desaparición, dicen, es producto del avance de los derechos humanos, y no de la embestida neoliberal que sus patrones auspiciaron. Esta retórica tiene el fin de invisibilizar la raíz del problema de la precarización, desigualdad y discriminación social, y mantener a la población distraída en “batallas culturales” de las cuales ellos son dueños de la narrativa. Con el fin de mostrar que no están coludidos con el sistema que denuncian, hacen un ataque a las élites liberales que según ellos imponen una agenda progresista, pero al mismo tiempo reciben cantidades extraorbitantes de dinero de otra parte de las élites que ayudan a amplificar sus ideas gracias al control que tienen de parte de los medios informativos, por lo que está claro que su radicalidad contradictoria es un simple espejismo que no trasciende de la retórica y cuyo fin es mantener el estado capitalista a como dé lugar. Finalmente, la categorización de cualquier cosa contrario a sus ideales como comunista, permite confundir a este modelo con el capitalista del cual seguimos siendo parte, y asociarlo como la causa de los problemas sociales, y así asegurarse de la creación de una oposición a las luchas de los trabajadores para trascender los límites del capitalismo y conseguir su emancipación.

Jacobo

¡Por una internacional obrera y campesina que luche en contra de la ofensiva fascista y el capitalismo!

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