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LA EXPLOTACIÓN LABORAL Y LAS APLICACIONES DE REPARTO

FLEXIBILIZACIÓN LABORAL 

La explotación laboral que viven miles de jóvenes en México, ha sido un fenómeno que incrementó a raíz de la entrada del patrón de acumulación neoliberal capitalista en los años ochenta, el cual ha operado con políticas desreguladoras de la organización del trabajo para dejar en manos de las empresas las disposiciones y formas en las que se utiliza la fuerza laboral mientras el Estado deja sus tareas reguladoras en materia laboral para incentivar la inversión a costa de la explotación, la precarización, la flexibilización y omisión de condiciones y derechos de la clase trabajadora. 

Esto ha sido un hecho evidente y palpable durante los últimos años, la juventud cada vez tiene menos opciones para acceder al sistema de salud, ahorro y vivienda. Este fenómeno se ha recrudecido durante la pandemia. 

Frente al desempleo y la violación sistemática de los derechos laborales, una gran parte de la juventud estudiante, trabajadora y desocupada salió a las calles a sumarse como fuerza de trabajo en las aplicaciones, con la esperanza de hacer frente a la crisis.

Las empresas como Didi, Uber, Rappi, Cornershop, etc, que operan con esquemas de trabajo flexibilizados, desde el principio indicaron con la “filosofía” de marketing, la cuál identifica el trabajo de reparto como «prestación de un servicio» extra y al trabajador como un “socio” o “colaborador”.

Esta ideología de marketing ha sido utilizada para evadir obligaciones fiscales y patronales, también para engañar a la clase trabajadora convenciéndola de que las entregas no es sino un “dinero extra” por “prestar servicios” y que no son trabajadores, sino una especie de socios sin patrón.

La fraseología que utilizan las empresas es la ideología mercantilizadora utilizada para subsumir la conciencia de las y los trabajadores como fuerza laboral sin derechos. Es un eufemismo llamarle socio a la fuerza de trabajo de la que dependen las ganancias de estas empresas, mientras se enriquecen las empresas sus “socios” padecen los estragos de la falta de seguridad social, salarios dignos y condiciones de trabajo mínimas para poder operar en las calles.  

LAS CONDICIONES REALES EN QUE TRABAJAN LOS REPARTIDORES

Las y los repartidores no cuentan con el reconocimiento como trabajadores de manera legal frente a las empresas. Su salario es a destajo, es decir, que cobran por lo que producen y de ello se les restan impuestos, aunado a penalizaciones por retrasos, cancelaciones (a pesar de que los usuarios los realicen) y liberaciones de repartos. Tienen una jornada laboral subordinada al número de repartos que deben realizar al día para alcanzar una “ganancia” estimada, la cual se reduce con todas las penalizaciones y pago de impuestos. Los medios de trabajo que utilizan para repartir son autocosteados en los que se incluyen motocicletas, autos, bicis, elementos de protección, cubrebocas, etc. 

Así se absuelven las empresas de gastar en medios de producción y deja en manos de trabajadores el autosostenimiento de sus propios medios y recursos para trabajar. El contrato que firman los nuevos repartidores no es impreso ni digital, es un tipo de contrato bajo la forma de “Términos y condiciones de uso” que al aceptarse implican la aceptación de la omisión de tus derechos laborales y absolución de las obligaciones patronales de las empresas. 

SOCIOS PRESTADORES DE SERVICIOS SIN PATRÓN O TRABAJADORES SUBORDINADOS 

La fraseología y discurso empresarial intenta esconder y disfrazar la explotación laboral, evadir obligaciones patronales y fiscales frente al Estado, además de engañar la conciencia de la clase trabajadora. 

Esconder los hechos con frases, niega los hechos con ideas. Ésta es una forma en la que las empresas utilizan el marketing para vender experiencias ideales que intentan esconder sus intereses de ganancia a costa de la explotación laboral. 

Un ejemplo de ello es llamar socio, colaborador, ejecutivo, freelancer o colaboradores «independientes» a las y los trabajadores de aplicación.

Estas etiquetas tratan de eliminar la relación real capital-trabajo, de subordinación y dependencia que hay entre repartidores y las empresas, tratan de conducir las relaciones reales de producción a la nueva «lógica» idealista capitalista, en la que las empresas nos ayudan para emprender y en la que somos como una familia en la que el fin es que hagamos un dinero extra mientras «prestamos servicios». 

Este escenario niega la relación social de subordinación y dependencia que existe, nos subsume en la idea de que somos verdaderos dueños de nuestro tiempo-trabajo y las empresas que operan con este tipo de esquemas no nos explotan, pues de acuerdo a su discurso no hay relación de subordinación ni dependencia. 

A este fenómeno le llamamos flexibilización del trabajo. No nos referimos a que las condiciones de trabajo sean flexibles en horarios (que se confunde a que las empresas sean flexibles y buenas con los trabajadores). Nos referimos a que se flexibilizan y se omiten los derechos laborales. 

Este esquema de trabajo es muy útil para las empresas en todos los ámbitos, porque elimina la posibilidad de que los trabajadores conquisten sus derechos y por ende que las empresas evadan sus respectivos impuestos y no disminuir sus ganancias multimillonarias. 

Este fenómeno se ha replicado en diversas ramas de la producción como el educativo, el industrial, el agrícola y el de servicios. Ha sido posible gracias a las políticas públicas en materia laboral que no han frenado estas modalidades de trabajo, por el contrario, han blindado para operar e incentivar una «inversión» ficticia para el país, pues estas empresas evaden sus impuestos y tercerizan sus responsabilidades a las y los trabajadores. 

Esto sucede desde los años ochenta hasta la actualidad, es decir, durante todo el régimen neoliberal capitalista. 

EMPRESAS DE APLICACIÓN Y PANDEMIA 

De acuerdo con cifras que dio Rappi, Didi y Uber a la revista Forbes, durante el 2020 Rappi tuvo un incremento del 66% de nuevos trabajadores, Didi pasó de tener 30,000 trabajadores a más de 50,000 en lo que va de marzo a la fecha al igual que Uber. 

Las tres empresas principales que operan en México, son transnacionales, Rappi de origen Colombiano, Didi de origen chino y Uber de origen Estadounidense. 

Las tres elevaron la cantidad de trabajadores explotados a la par de su ganancia. Durante el 2018 sus ganancias fueron de mil millones de pesos, en el 2020 de mil cien millones de pesos y se espera que para este 2021 asciendan a más de 2 mil cien millones de pesos. 

Bajo la pandemia, la demanda de usuarios de estas aplicaciones incrementó a 31 millones en México, por lo que este periodo sirvió de enriquecimiento para estos capitalistas y afianzarse en el mercado.

Triplicaron sus ganancias en la medida en que las políticas públicas neoliberales avanzaban, generando desempleo, precarización laboral y protección a todas las empresas a costa de los derechos laborales. 

Como resultado encontramos que las empresas de app´s incrementaron el número de su fuerza laboral y se enriquecieron mientras disminuían el salario a destajo de repartidores para compensar la «pérdida de ganancias» que implica pagar ciertos impuestos, mismos que ahora derivan de los salarios de las y los trabajadores. 

LA LUCHA DE LAS Y LOS REPARTIDORES POR SU RECONOCIMIENTO LABORAL Y LA CONQUISTA DE SUS DERECHOS LABORALES CONTRA LAS EMPRESAS 

Las y los repartidores a diario deben salir a las calles, con y sin semáforo verde, arrojados a las hostilidades de las ciudades y la lluvia para llevar algo a casa. 

A diario sufren accidentes, robos, acoso sexual, aguantar maltrato de usuarios quienes son privilegiados frente a las cancelaciones o malas descripciones de ubicaciones, dejando en en la total desproteccion y criminalización de las y los repartidores.

Frente a las muertes, accidentes e inseguridades que han sufrido, desde el 2018 colectivos de repartidores independientes se organizaron para lograr discutir y constituir un sindicato para demandar a las aplicaciones como Rappi. 

En abril del 2021 obtuvieron su registro oficial como sindicato frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social bajo el nombre de Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación y Reparto en México (UNTA). El primer sindicato a nivel federal en dedicarse a la defensa de los trabajadores por aplicación en México. 

En julio de este año interpusieron dos demandas colectivas a la empresa Rappi, una en el terreno legal y otra en el terreno laboral. Siendo el primer sindicato en demandar a las empresas de reparto en el país. 

La UNTA se pone a tono a nivel internacional y marca un nuevo escenario en la lucha por los derechos de las y los trabajadores de reparto en México pues no sólo han demandado sino que han dado una opción de organización y lucha.

El reconocimiento laboral y la conquista de sus derechos laborales es una lucha que desde la Juventud Revolucionaria-GAR abrazamos pues el surgimiento de la UNTA es un paso importante para intervenir en la lucha por el reconocimiento laboral y mejores condiciones de trabajo. La lucha legal y en las calles ha comenzado y está creciendo el número de repartidores que conquistan su conciencia, por la independencia de clase, por un sindicalismo combativo y democrático.

Hace falta presionar al legislativo para que las leyes que amparan a las empresas se erradiquen, luchemos por un proyecto de ley desde el movimiento obrero para desaparecer el outsourcing y cualquier forma de flexibilización laboral, para que las empresas sean obligadas a reconocer a los trabajadores y ejercer sus obligaciones patronales y fiscales frente al Estado y frente a la clase trabajadora para hacer posible los derechos laborales. 

Nosotras y nosotros apoyamos el surgimiento de este nuevo sindicato y abrazamos su lucha por la conquista de su reconocimiento laboral, por la conquista de sus derechos laborales, por la consolidación de un sindicato democrático y combativo y por la unidad de las y los trabajadores de reparto en México para frenar a las empresas. 

Conoce más de la UNTA en sus redes, el proceso para afiliarte y luchar por mejores condiciones laborales. 

Juventud Revolucionaria

¡La Juventud luchando y el mundo transformado!