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Solidarity With the Struggle for the 40-Hour Work Week in Mexico

To our fellow comrades from Mexico:

We, the signatories, workers from various industries in the United States represented by the United Auto Workers (UAW) union, stand in solidarity with the struggle of Mexican workers to reduce their workday to 40 hours. In this new era of Mexican unionism in which workers have gone on the offensive, we must remember how historically the US government and the transnational capital it represents have promoted the miserable conditions to which Mexican workers have been subjected and which they are today struggling to reverse. Starting with the forced neoliberalization of Mexico in the 1980s and the implementation of free trade agreements, US transnational corporations saw at their disposal a growing pool of cheap labor in their neighboring country, an industrial reserve army composed of an underemployed and migrant population. It didn’t take them long to move their factories south of the border, destroying entire communities in the process and leaving thousands of people unemployed in the United States. In Mexico, their  high profit rates were guaranteed through protection rackets and the complicity of the authorities, who were always at the disposal of capital, and ready to use violence to suppress the slightest social outbreak. As a result of these conditions, today, the hourly minimum wage in the United States is roughly equivalent to the daily wage in Mexico. 

The US elites, with the collaboration of the Mexican elites, not only subjugated the workers of both countries, but also pitted them against each other, manufacturing an alleged migration crisis in which migrant workers would come to replace American workers, given their willingness to accept jobs with lower salaries. But behind the supposed migration crisis we find the capitalists, who see in the precarious conditions of migrants an opportunity to raise their profit rates and use them as scapegoats to divide the international workers’ movement. This situation worsens even more with the use of the US security apparatus to criminalize and maintain the migrant population in a state of terror in order to keep migrant workers in line.

Unfortunately, our own union, the UAW, has been caught up in the US government’s attempts to subjugate workers in Mexico and other Latin American countries. Whether in aiding the coups in Brazil and Chile, or the coup attempts in Venezuela, the UAW along with and as part of the American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO) has been involved in the US imperialist foreign policy that seeks to keep the Global South as a perpetual sweatshop. We also call on our Mexican comrades to remain cautious regarding the AFL-CIO Solidarity Center that appears to favor the interests of workers in Mexico, but is financed directly by the National Endowment for Democracy, an organization linked to the US government and known as an executor of its imperialist policy that at any moment can turn against us. A genuine form of solidarity that encompasses both of our countries is indispensable, and it is for this reason that our union absolutely rejects the use of the labor movement to support interests alien to those of the global working class.

Likewise, we recognize the fight for a democratic and independent union movement that is taking place in Mexico.  This is a fight that is not foreign to our struggle in our own union, which for many decades was dominated by the most reactionary forcesToday, like our counterparts in Mexico, the rank-and-file of our union are working to  remove the bureaucracy and return the UAW to its radical heritage. The fight for the emancipation of workers against global capital requires joint actions that begin with establishing these ties of solidarity, which is why we make a fraternal call to our Mexican comrades in support of the reduction of their working day to 40 hours, and for more labor victories through collective and international struggle.

We call on other unions and workers to be part of the forum that will be held on December 15 in support of the reduction of the working day in Mexico and we declare our support and participation in that event through this letter.

Signatories

Julian de Gortari (UAW 2865)

Liam Moore (UAW 2865)

Elisabeth Koch (UAW 2865)

Bineh Ndefru (UAW 2865)

Peter Racioppo (UAW 2865)

Dylan Kupsh (UAW 2865)

Sean Crawford (UAW 160)

Jennifer Jones (UAW 1975)

Ron Lare (UAW 600)

Jake Engels (National Education Association / Michigan Education Association, Ann Arbor Education Association)

Scott Houldieson (UAWD Steering Committee)

UCLA Rank and File Caucus (UAW 2865)

Versión en Español

Solidaridad con la lucha por la semana laboral de 40 horas en México

A las compañeras, compañeros y compañeres trabajadores de México:

Nosotras, nosotros y nosotres los abajo firmantes, trabajadores de varias industrias en Estados Unidos representados por el sindicato de United Auto Workers (UAW), nos solidarizamos con la lucha de los trabajadores mexicanos por la reducción de su jornada laboral a 40 horas. En esta nueva era del sindicalismo mexicano en donde los trabajadores se han ido a la ofensiva, hay que recordar cómo es que históricamente el gobierno estadounidense y el capital transnacional al cual representa ha promovido las condiciones miserables a las cuales los trabajadores mexicanos se han tenido que someter y que hoy en día luchan por revertir. Empezando por la forzada neoliberalización del país mexicano en los ochenta y luego por la puesta en marcha de los tratados de libre comercio, las empresas trasnacionales estadounidenses vieron a su disposición una creciente mano de obra barata en el país vecino, un ejército de reserva industrial compuesto por población subempleada y migrante. No tardaron mucho en mudar sus fábricas al sur de la frontera, destruyendo comunidades enteras en el proceso y dejando a miles de desempleados en Estados Unidos. En México fueron garantizadas sus altas tasas de ganancias por medio de sindicatos de protección y autoridades cuyo servicio siempre fue al capital, sin temor a utilizar la violencia ante el menor estallido social. Producto de estas condiciones, los salarios que hoy en día llegan a pagar en Estados Unidos por hora, se han convertido en lo que pagan por día en México.

Las élites estadounidenses con colaboración de las mexicanas no solo sometieron a los trabajadores de ambos países, sino que los volvieron antagónicos, fabricando una supuesta crisis de migración en donde el trabajador migrante vendría a suplir al estadounidense ante su disposición a aceptar empleos con menor salario. Pero detrás de este fenómeno se encuentran los capitalistas, que ven en las condiciones precarias del migrante una oportunidad para elevar sus tasas de ganancia y utilizarlos como chivos expiatorios para dividir al movimiento de trabajadores transnacional. Una situación que se recrudece aún más con la utilización del aparato de seguridad estadounidense que criminaliza y mantiene en un estado de terror a la población migrante, y somete de esa manera a sus trabajadores.

Desafortunadamente, nuestro propio sindicato UAW se ha visto enfrascado en los intentos del gobierno estadounidense por someter a los trabajadores en México y demás países latinoamericanos. Ya sea con su ayuda a los golpes de Estado en Brasil y Chile, o en los intentos de golpe en Venezuela, la UAW junto y como parte de la American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO) se ha involucrado en la política exterior imperialista que busca mantener al sur global como una maquila perpetua. Hacemos también el llamado a nuestros compañeros mexicanos a mantener cautela ante el Centro de Solidaridad de la AFL-CIO, que hoy en día se muestra favorecedor a los intereses de los trabajadores en México, pero es financiado directamente por la Fundación Nacional para la Democracia, organismo ligado al gobierno estadounidense y ejecutor de su política imperialista, que en cualquier momento puede voltearse en nuestra contra. Es por esto y más que se vuelve indispensable una genuina forma de solidaridad que abarque a nuestros países, y es por esto que desde las bases de nuestro sindicato rechazamos el uso que se le ha hecho para promover intereses ajenos a los de la clase trabajadora mundial.

De igual forma, reconocemos la lucha por la democracia e independencia sindical que se da y se ha dado en México, una lucha que no es ajena a la nuestra, ante la dirigencia burocrática de nuestro sindicato que por muchas décadas estuvo dominado por los intereses más reaccionarios pero que hoy en día intentamos depurar de su charrismo. La lucha por la emancipación de los trabajadores contra el capital global requiere de acciones conjuntas que empiezan con estos lazos de solidaridad, por lo que hacemos un llamado fraternal a nuestros compañeros mexicanos por la reducción de la jornada laboral a 40 horas y por más conquistas laborales por medio de la lucha colectiva e internacional.

Hacemos un llamado a otros sindicatos y trabajadores a formar parte del foro que se hará el 15 de diciembre con motivo de la reducción de la jornada laboral en México y declaramos nuestro apoyo y participación a ese evento a través de esta carta.

Firmas

Julian de Gortari (UAW 2865)

Liam Moore (UAW 2865)

Elisabeth Koch (UAW 2865)

Bineh Ndefru (UAW 2865)

Peter Racioppo (UAW 2865)

Dylan Kupsh (UAW 2865)

Sean Crawford (UAW 160)

Jennifer Jones (UAW 1975)

Ron Lare (UAW 600)

Jake Engels (National Education Association / Michigan Education Association, Ann Arbor Education Association)

Scott Houldieson (UAWD Steering Committee)

UCLA Rank and File Caucus (UAW 2865)

Reforma por jornada de 40 horas de trabajo

Cuál es la estrategia que deben seguir las y los trabajadores frente a la Reforma de reducción de la jornada de trabajo a 40 horas?

La clase trabajadora en México actualmente se encuentra en condiciones de inestabilidad salarial y precariedad a consecuencia de las políticas de flexibilización laboral neoliberales. Estas implementaciones por parte de la burguesía se traducen en contratos de prueba, bajos salarios, omisión de derechos laborales y sobre todo una agudización de la competencia y el individualismo que permea dentro de este sector. 

En términos numéricos un 62.9% de la población económicamente activa (PEA) en México labora en el sector de servicios (comercio, ventas, comida) es decir, traduce en 36.8 millones de personas. Y alrededor de 32.2 millones de personas se encuentran en condiciones de informalidad. Estás cifras reflejan que una parte de los trabajadores trabajan en los sectores más activos por la inversión extranjera en mano de obra. Las empresas que invierten son las que en su mayoría omiten derechos, mantienen salarios paupérrimos y prolongado jornada de trabajo de 10 a 12 horas diarias. Por otro lado, se refleja que una proporciona enorme de trabajadores de encuentran en el sector informal lo que implica su imposibilidad de acceder a derechos básicos como la salud pública, el retiro o el acceso a viviendas dignas.

Las horas laboradas por parte de los trabajadores, en el primer trimestre del 2023 refleja que el 47.4% de trabajadores trabaja de 35 a 48 horas semanales, inclusive el 26.3% labora más de 48 horas semanales, siendo el segundo porcentaje con mayor número de trabajadores y trabajadoras en estas condiciones. (INEGI, 2023)

México es de los países de acuerdo con la Organización Mundial del Trabajo con las jornadas de trabajo más prolongadas. En el marco de la exploración crónica que perdiste en el país, profundizado por las políticas de flexibilización laboral neoliberales, a principios del mes de abril en la Cámara de Diputados se presentó una iniciativa de ley encaminada a la reducción de la jornada de trabajo a 40 horas semanales y dos días de descanso. La iniciativa fue presentada por la diputada Patricia Mercado de la bancada de Movimiento Ciudadano y fue postergada para discutirse hasta septiembre de 2023.

Por otro lado, en diciembre de 2022 se presentó una iniciativa de ley igualmente por MC para aumentar el número de días de vacaciones por año, pasando de 6 a 12  días. Esta iniciativa se aprobó y se puso en marcha en enero del 2023.

Aunque estas iniciativas están encaminadas a la defensa de los derechos laborales y pareciera que MC está del lado de la clase trabajadora en México, no podemos perder de vista el carácter oportunista de quienes impulsaron estas reformas y que no son sino los paliativos de una reforma laboral profunda que rescate los derechos laborales arrancados por la burguesía trasnacional desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ahora Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El análisis de las políticas públicas no se puede realizar al margen de una precisa caracterización de cómo se está desarrollando el capital y del interés de clase que persiguen los partidos políticos. Por ello, es indispensable ubicar en donde se encuentran estas iniciativas de ley, quienes las impulsan y en qué momento histórico se encuentran.

El régimen neoliberal y su prolongación en la 4T

El gobierno de la 4T ha impulsado diversas reformas sociales como el apoyo asistencial con becas a las infancias y la juventud; el elevar a nivel constitucional la pensión adultos mayores; el aumento al salario mínimo, que en lo que va del sexenio ha aumentado 134%, pasando de $88.3 a $207.44 diarios y en el norte del país (en la denominada zona libre) aumentó a $312; así como la “regulación outsourcing. 

En realidad estas reformas aunque son de avanzada, no implican un rescate de los derechos laborales en México, sino su equilibrio con el desarrollo del capital. El gobierno desde su entrada en 2018 postuló un gobierno de ricos y pobres. Desde el Grupo de Acción Revolucionaria consideramos que es la justificación discursiva para la consecución del régimen de explotación a la clase trabajadora, si bien, no con las mismas condiciones de opresión, si, prolongando parte de las mismas y su permanencia.

Las reformas mencionadas no son sino el pragmatismo del gobierno en turno, que aunque intentan reducir las condiciones de explotación, no son sino la consecución de la agenda de México dentro del T-MEC y esto se traduce en la continuidad de la dependencia de México hacia Estados Unidos. Por ejemplo, la reforma al outsourcing no implicó su desaparición, sino su regulación fiscal. Esto se tradujo en que una parte de los trabajadores (en su mayoría quienes trabajan en corporaciones de comida, transporte y servicios) absorbieron el costo de los impuestos que las grandes empresas deben pagar. El outsourcing no desapareció, sino que modificó la forma en la que opera.

Las necesidades de desarrollo del capital internacional defendido por el bloque económico encabezado por Estados Unidos implica que México siga siendo parte de su agenda económica y la fuerza de trabajo es estratégica al igual que sus recursos energéticos. El capital transnacional tiene en México el interés en el petróleo, en sus recursos naturales como el agua y el litio y en su fuerza de trabajo. 

Aunque la agenda obradorista intenta hacer contención a las presiones de Estados Unidos, en su seno (Morena) las contradicciones presentan inconsistencias para presentar iniciativas de avanzada que respeten nuestros derechos laborales movilizando a la clase trabajadora y poniendo un freno al régimen de explotación, al contrario, dialogan con el capital, lo regulan, pero no desaparecen las condiciones de explotación.

El oportunismo de Movimiento Ciudadano y Morena 

En el Grupo Acción Revolucionaria no estamos en contra de las reformas propuestas, pero definitivamente la independencia de clase es necesaria, no se puede parchar al régimen del capital por la permanencia en el poder, es decir, por un interés electoral. Es por ello que las iniciativas presentadas por MC, aunque parecieran de avanzada, son una táctica que implica ponerse del lado de la clase trabajadora impulsando iniciativas de está índole en el marco de las próximas elecciones.

El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, propuso que la iniciativa de ley por las 40 horas se pospusiera para septiembre, con el fin de obtener una mayoría calificada en el Congreso para aprobarse. Pero también dando oportunidad de cabildear con empresas y partidos. El oportunismo de MC implica entender que aunque buscan una aprobación mayoritaria para conquistar la reforma de las 40 horas, el fin no es ganar la reforma sino ganar al electorado para las próximas elecciones. MC se opuso en 2022 a la aprobación de la Reforma Eléctrica, al igual que a la iniciativa de legalización del aborto.

En este sentido, MC es un partido que no presenta congruencia en sus propuestas y evidencia su oportunismo. Por otro lado, Morena en ese mismo marco no movilizó a sus bases por la defensa de la Reforma Eléctrica que implicaba rescatar parte de la soberanía nacional y por ende un proyecto de industrialización independiente, al contrario, cabildeó con empresarios y partidos (PRI, PAN).

Estas contradicciones implican que la clase trabajadora, compuesta por una mayoría jóven, hagamos de la reforma por las 40 horas una iniciativa que implique no solo su conquista sino la búsqueda de un programa de lucha revolucionario que logre el rescate de los derechos laborales en el país, como el derecho a pensiones estatizadas, el acceso universal al sistema de salud por parte de todos los trabajadores, que los grandes empresarios paguen impuestos de acuerdos a sus fortunas, una escala móvil de horas de trabajo, reduciendo de 8 horas diarias a 6 por 5 días y 2 días de descanso y sobre todo las condiciones de derecho a conformar un sindicato.

Desde la Plataforma de Trabajadoras y Trabajadores Socialistas del Grupo de Acción Revolucionaria, te invitamos a sumarte y elaborar un programa laboral que implique primero conquistar la reforma de las 40 horas con independencia de clase y al margen de los partidos burgueses para elaborar una propuesta de ley que implique un Congreso de Trabajadores que se plantee el rescate de nuestros derechos laborales de manera profunda.

Octavio Ugalde

LA EXPLOTACIÓN LABORAL Y LAS APLICACIONES DE REPARTO

FLEXIBILIZACIÓN LABORAL 

La explotación laboral que viven miles de jóvenes en México, ha sido un fenómeno que incrementó a raíz de la entrada del patrón de acumulación neoliberal capitalista en los años ochenta, el cual ha operado con políticas desreguladoras de la organización del trabajo para dejar en manos de las empresas las disposiciones y formas en las que se utiliza la fuerza laboral mientras el Estado deja sus tareas reguladoras en materia laboral para incentivar la inversión a costa de la explotación, la precarización, la flexibilización y omisión de condiciones y derechos de la clase trabajadora. 

Esto ha sido un hecho evidente y palpable durante los últimos años, la juventud cada vez tiene menos opciones para acceder al sistema de salud, ahorro y vivienda. Este fenómeno se ha recrudecido durante la pandemia. 

Frente al desempleo y la violación sistemática de los derechos laborales, una gran parte de la juventud estudiante, trabajadora y desocupada salió a las calles a sumarse como fuerza de trabajo en las aplicaciones, con la esperanza de hacer frente a la crisis.

Las empresas como Didi, Uber, Rappi, Cornershop, etc, que operan con esquemas de trabajo flexibilizados, desde el principio indicaron con la “filosofía” de marketing, la cuál identifica el trabajo de reparto como «prestación de un servicio» extra y al trabajador como un “socio” o “colaborador”.

Esta ideología de marketing ha sido utilizada para evadir obligaciones fiscales y patronales, también para engañar a la clase trabajadora convenciéndola de que las entregas no es sino un “dinero extra” por “prestar servicios” y que no son trabajadores, sino una especie de socios sin patrón.

La fraseología que utilizan las empresas es la ideología mercantilizadora utilizada para subsumir la conciencia de las y los trabajadores como fuerza laboral sin derechos. Es un eufemismo llamarle socio a la fuerza de trabajo de la que dependen las ganancias de estas empresas, mientras se enriquecen las empresas sus “socios” padecen los estragos de la falta de seguridad social, salarios dignos y condiciones de trabajo mínimas para poder operar en las calles.  

LAS CONDICIONES REALES EN QUE TRABAJAN LOS REPARTIDORES

Las y los repartidores no cuentan con el reconocimiento como trabajadores de manera legal frente a las empresas. Su salario es a destajo, es decir, que cobran por lo que producen y de ello se les restan impuestos, aunado a penalizaciones por retrasos, cancelaciones (a pesar de que los usuarios los realicen) y liberaciones de repartos. Tienen una jornada laboral subordinada al número de repartos que deben realizar al día para alcanzar una “ganancia” estimada, la cual se reduce con todas las penalizaciones y pago de impuestos. Los medios de trabajo que utilizan para repartir son autocosteados en los que se incluyen motocicletas, autos, bicis, elementos de protección, cubrebocas, etc. 

Así se absuelven las empresas de gastar en medios de producción y deja en manos de trabajadores el autosostenimiento de sus propios medios y recursos para trabajar. El contrato que firman los nuevos repartidores no es impreso ni digital, es un tipo de contrato bajo la forma de “Términos y condiciones de uso” que al aceptarse implican la aceptación de la omisión de tus derechos laborales y absolución de las obligaciones patronales de las empresas. 

SOCIOS PRESTADORES DE SERVICIOS SIN PATRÓN O TRABAJADORES SUBORDINADOS 

La fraseología y discurso empresarial intenta esconder y disfrazar la explotación laboral, evadir obligaciones patronales y fiscales frente al Estado, además de engañar la conciencia de la clase trabajadora. 

Esconder los hechos con frases, niega los hechos con ideas. Ésta es una forma en la que las empresas utilizan el marketing para vender experiencias ideales que intentan esconder sus intereses de ganancia a costa de la explotación laboral. 

Un ejemplo de ello es llamar socio, colaborador, ejecutivo, freelancer o colaboradores «independientes» a las y los trabajadores de aplicación.

Estas etiquetas tratan de eliminar la relación real capital-trabajo, de subordinación y dependencia que hay entre repartidores y las empresas, tratan de conducir las relaciones reales de producción a la nueva «lógica» idealista capitalista, en la que las empresas nos ayudan para emprender y en la que somos como una familia en la que el fin es que hagamos un dinero extra mientras «prestamos servicios». 

Este escenario niega la relación social de subordinación y dependencia que existe, nos subsume en la idea de que somos verdaderos dueños de nuestro tiempo-trabajo y las empresas que operan con este tipo de esquemas no nos explotan, pues de acuerdo a su discurso no hay relación de subordinación ni dependencia. 

A este fenómeno le llamamos flexibilización del trabajo. No nos referimos a que las condiciones de trabajo sean flexibles en horarios (que se confunde a que las empresas sean flexibles y buenas con los trabajadores). Nos referimos a que se flexibilizan y se omiten los derechos laborales. 

Este esquema de trabajo es muy útil para las empresas en todos los ámbitos, porque elimina la posibilidad de que los trabajadores conquisten sus derechos y por ende que las empresas evadan sus respectivos impuestos y no disminuir sus ganancias multimillonarias. 

Este fenómeno se ha replicado en diversas ramas de la producción como el educativo, el industrial, el agrícola y el de servicios. Ha sido posible gracias a las políticas públicas en materia laboral que no han frenado estas modalidades de trabajo, por el contrario, han blindado para operar e incentivar una «inversión» ficticia para el país, pues estas empresas evaden sus impuestos y tercerizan sus responsabilidades a las y los trabajadores. 

Esto sucede desde los años ochenta hasta la actualidad, es decir, durante todo el régimen neoliberal capitalista. 

EMPRESAS DE APLICACIÓN Y PANDEMIA 

De acuerdo con cifras que dio Rappi, Didi y Uber a la revista Forbes, durante el 2020 Rappi tuvo un incremento del 66% de nuevos trabajadores, Didi pasó de tener 30,000 trabajadores a más de 50,000 en lo que va de marzo a la fecha al igual que Uber. 

Las tres empresas principales que operan en México, son transnacionales, Rappi de origen Colombiano, Didi de origen chino y Uber de origen Estadounidense. 

Las tres elevaron la cantidad de trabajadores explotados a la par de su ganancia. Durante el 2018 sus ganancias fueron de mil millones de pesos, en el 2020 de mil cien millones de pesos y se espera que para este 2021 asciendan a más de 2 mil cien millones de pesos. 

Bajo la pandemia, la demanda de usuarios de estas aplicaciones incrementó a 31 millones en México, por lo que este periodo sirvió de enriquecimiento para estos capitalistas y afianzarse en el mercado.

Triplicaron sus ganancias en la medida en que las políticas públicas neoliberales avanzaban, generando desempleo, precarización laboral y protección a todas las empresas a costa de los derechos laborales. 

Como resultado encontramos que las empresas de app´s incrementaron el número de su fuerza laboral y se enriquecieron mientras disminuían el salario a destajo de repartidores para compensar la «pérdida de ganancias» que implica pagar ciertos impuestos, mismos que ahora derivan de los salarios de las y los trabajadores. 

LA LUCHA DE LAS Y LOS REPARTIDORES POR SU RECONOCIMIENTO LABORAL Y LA CONQUISTA DE SUS DERECHOS LABORALES CONTRA LAS EMPRESAS 

Las y los repartidores a diario deben salir a las calles, con y sin semáforo verde, arrojados a las hostilidades de las ciudades y la lluvia para llevar algo a casa. 

A diario sufren accidentes, robos, acoso sexual, aguantar maltrato de usuarios quienes son privilegiados frente a las cancelaciones o malas descripciones de ubicaciones, dejando en en la total desproteccion y criminalización de las y los repartidores.

Frente a las muertes, accidentes e inseguridades que han sufrido, desde el 2018 colectivos de repartidores independientes se organizaron para lograr discutir y constituir un sindicato para demandar a las aplicaciones como Rappi. 

En abril del 2021 obtuvieron su registro oficial como sindicato frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social bajo el nombre de Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación y Reparto en México (UNTA). El primer sindicato a nivel federal en dedicarse a la defensa de los trabajadores por aplicación en México. 

En julio de este año interpusieron dos demandas colectivas a la empresa Rappi, una en el terreno legal y otra en el terreno laboral. Siendo el primer sindicato en demandar a las empresas de reparto en el país. 

La UNTA se pone a tono a nivel internacional y marca un nuevo escenario en la lucha por los derechos de las y los trabajadores de reparto en México pues no sólo han demandado sino que han dado una opción de organización y lucha.

El reconocimiento laboral y la conquista de sus derechos laborales es una lucha que desde la Juventud Revolucionaria-GAR abrazamos pues el surgimiento de la UNTA es un paso importante para intervenir en la lucha por el reconocimiento laboral y mejores condiciones de trabajo. La lucha legal y en las calles ha comenzado y está creciendo el número de repartidores que conquistan su conciencia, por la independencia de clase, por un sindicalismo combativo y democrático.

Hace falta presionar al legislativo para que las leyes que amparan a las empresas se erradiquen, luchemos por un proyecto de ley desde el movimiento obrero para desaparecer el outsourcing y cualquier forma de flexibilización laboral, para que las empresas sean obligadas a reconocer a los trabajadores y ejercer sus obligaciones patronales y fiscales frente al Estado y frente a la clase trabajadora para hacer posible los derechos laborales. 

Nosotras y nosotros apoyamos el surgimiento de este nuevo sindicato y abrazamos su lucha por la conquista de su reconocimiento laboral, por la conquista de sus derechos laborales, por la consolidación de un sindicato democrático y combativo y por la unidad de las y los trabajadores de reparto en México para frenar a las empresas. 

Conoce más de la UNTA en sus redes, el proceso para afiliarte y luchar por mejores condiciones laborales. 

Juventud Revolucionaria

¡La Juventud luchando y el mundo transformado!