SUCESIÓN PRESIDENCIAL Y LAS TAREAS DE LA CLASE TRABAJADORA

En anteriores artículos hemos señalado que la elección más importante no será la del 2024 sino la elección interna de MORENA, pues ante el creciente poderío electoral del partido-movimiento y la crisis de los partidos del viejo régimen (PRI, PAN Y PRD) tiene asegurada la sucesión presidencial la 4T.

¿Continuidad o Profundización de la transformación?
Aunque la pregunta puede parecer obvia, los discursos del partido guinda han sido diferentes de las “corcholatas”, por un lado el Consejo Nacional designó una comisión especial para redactar el Proyecto de Nación para profundizar la transformación 2024-2030, y por el otro los y la candidata han mantenido un discurso de continuidad de la 4T, es decir, seguir explotando hasta el límite la figura de AMLO como lo hicieron en las elecciones del 2018.
Las elecciones del 24 se perfilan como una reelección o mejor dicho volver a votar por Obrador pero sin él en la boleta, el peso del obradorismo dentro de MORENA sigue siendo muy importante y sigue siendo el alimento de la burocracia enquistada en el partido y de su estrategia electoral.
En el GAR hemos caracterizado este proceso como aplanadora electoral, pero esta aplanadora es muy diferente a la que impuso el pueblo trabajador en las urnas en el 18, esta aplanadora electoral se cierne sobre las bases obradoristas dentro y fuera del partido, y es realizada tanto por la derecha como la “izquierda” que claudicó primero hacia esta derecha, sin desenmasacararlos, primero a Yeidckol Polevnsky y luego Mario Delgado, y penosamente llamando en un pomposo eslogan “Unidad y movilización”, la claudicación de la burocracia de izquierda ha sido hacia la unidad pero han abandonado la movilización, a menos que entiendan esto último sólo electoralmente.
La aplanadora hacia el pueblo comenzó de hecho con Obrador quien, bajo el pretexto de la falta de cuadros o acuerdos políticos para llegar a la presidencia, impuso candidatos, las y los fundadores de MORENA y obradoristas de toda la vida aceptaron en su momento esta imposición por el bien mayor (desterrar a los neoliberales de la presidencia) pensando en que habría oportunidad de ajustar cuentas más adelante.
Elecciones en estados y congresos han pasado, pero los grupos de base y fundadores no han podido recuperar el enorme aparato que crearon para desterrar al viejo régimen, éste ha sido secuestrado por una burocracia que cada día se separa más de la base, fortalecida con cada elección ganada.
Hoy, todo aquel grupo o sectores honestos que se organizan para recuperar el partido para el pueblo son tachados de infiltrados, relegados y expulsados en algunos casos, el espacio más relevante es la convención, donde diferentes consejeras y consejeros se aglutinaron para un viraje democrático dentro del partido, malas decisiones como aceptar a Ackerman (quien sólo busca un reparto del pastel con la burocracia) han llevado a que este proceso no se fortaleciera, la izquierda revolucionaria tiene que ver que la gente no ha dejado de luchar por el control de su órgano de combate y está obligada a dar herramientas y acompañamiento de esta vanguardia dentro de MORENA que da la lucha a lo largo y ancho del país por construir una alternativa para el pueblo trabajador.

Frente popular Ó un partido de la clase trabajadora
La burocracia y sobre todo la intelectualidad dentro de MORENA han intentado convencer a la base obradorista de realizar un frente con el empresariado, de que por alguna razón la clase trbajadora los necesitamos como ellos a nosotros, pero la conciencia de clase se ha fortalecido durante estas últimas décadas, por un lado con las batallas incesantes contra el capital y los neoliberales, del otro lado en los diversos intentos en la construcción de su partido.
La izquierda revolucionaria en estos momentos se ve a sí misma como pequeña, marginal o separada de la gran masa obradorista, pero ésta masa es la fuente de su fortaleza y debe dotarla de todas las herramientas del socialismo científico para que sea la propia gente quien dentro del partido-movimiento fortalezca su conciencia de clase y dé la batalla ideológica contra quienes nos imponen por la fuerza un frente con los explotadores (los empresarios que con una mano apoyan a Obrador y con la otra se oponen a sus reformas) y los políticos chapulines que en otros tiempos estuvieron con el viejo régimen pero ante la crisis de sus partidos se han puesto la camisa guinda, y por último contra la derecha del partido la que es abiertamente neoliberal o propatronal y que ante la traición de los burócratas de izquierda siguen controlando el aparato.
Hacemos un llamado a las bases obradoristas para recuperar su partido, para profundizar la transformación, pero advertimos que ésto no será posible con empresarios, chapulines y políticos de derecha, frente a su estrategia electoralista y sus pretextos de no poder realizar las reformas mínimas que la gente necesita ante la carestía de la vida y la crisis internacional, los socialistas ponemos la confianza en nuestras propias fuerzas, la reducción de la jornada laboral de las 40 horas no se logrará cabildeando con el PRI como no se logró con la Reforma Eléctrica, las 40 horas las impondremos con la huelga y la movilización ante los patrones con o sin el aval del congreso de la unión que se ha contentado con reformas secundarias ante su incapacidad y su temor por enfrentar a la derecha en vez de tratar de conciliar y convencerla, pues mientras diputados y senadores siguen cobrando sus jugosos sueldos, nosotros seguimos pagando el kilo de tortilla a $22 pesos.
La profundización de la 4T no dependerá de la mayoría calificada a MORENA y aliados en el 2024, después de todo seguirán siendo sus propuestas las que se lleven al congreso, la profundización del periodo abierto en el 2018 depende totalmente del pueblo trabajador, y de ahí la importancia de tener un partido que no tenga miedo de plantarse frente a la derecha y no buscar su apoyo para las reformas que sabemos, nunca aceptarán.
Necesitamos un partido de trabajadores, sin empresarios, derecha, chapulines y timoratos para conquistar un gobierno de los trabajadores y realmente profundizar esta transformación, los utópicos no somos los que luchamos por el socialismo, los utópicos son los que creen que con los empresarios y la derecha se puede negociar, ellos preparan su contragolpe, debemos fortalecernos expulsándolos de nuestro partido y caminar hacia el socialismo para realmente acabar con el neoliberalismo y la dictadura del capitalismo.

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